Quien conoce la vida, habrá de experimentar el suceso inminente de la muerte. Así lo mismo para el género humano como para la inmensidad del reino animal o bien, para el universo vegetal en su vastedad.

El ciclo de la vida, por el contrario, no muere. Tras la muerte de uno viene la vida de otro. Mejor aún, tras la muerte de uno, viene un periodo -si no perpetuo, sí prolongado- de trascendencia. A este túnel concéntrico se introduce la exposición “Tuna Pétrea” de la dibujante, Gabriela Cortés.

Inaugurada en el marco de la última temporada de exposiciones del 2025 de la Galería Libertad “Tuna Pétrea” habla de la vida, la muerte y la feminidad a través del recorrido circular de una elipse.

“El dialogo florece en la luz y la sombra; la vida y la muerte; el blanco y el negro…la tuna con su cualidad transitoria, encarna la vida, la belleza efímera, el fruto visualizado. Mientras que la tierra pedregosa nos remite al origen que, a la vez nutre, soporta, dignifica y trasciende”, explica Gabriela Cortés, egresada de la New York Academy of Art.
En más de 30 obras de mediano y gran formato, la artista queretana, traza memoria y homenaje. En sus líneas rememora al consagrado pintor mexicano Arturo Rivera, así como a sus abuelas y su sobrina, a quienes –dice- retrata para significar la dialéctica de la vida y la muerte, para lo cual, además cita un principio platónico: “Cuando la muerte se precipita sobre el hombre, la parte mortal se extingue; pero el principio inmortal se retira y se aleja sano y salvo”.
En cuanto a la feminidad hace una referencia a la polémica obra “La Maja Desnuda” de Francisco de Goya en su obra titulada “Mujer de Cristal”.
Gabriela rescata la intención de liberar a las mujeres de la costumbre de ser valoradas por sus cualidades eróticas y comenzar a apreciarlas desde ópticas distintas, tales como el pensamiento. He ahí la razón de los ojos iluminados. Asimismo, ironiza: una mujer silenciada por una mariposa; un cuerpo femenino sin cabeza; una mujer multiplicada ante el espejo; la identidad de un hombre a partir de la memoria de su madre.
Y se cuestiona: “¿Cómo hemos evolucionado?, ¿Sigue firme la costumbre de estandarizar la belleza?, ¿Será este sometimiento el punto de fuga infinito de una costumbre que decapita, o en el mejor de los casos, enmudece al género femenino?”
A pulso de lápiz y carboncillo invita a profundizar en vida, muerte y género, temas prolíficos de nuestros tiempos. Y, en paralelo, apela a la permanencia de la pintura de caballete en medio del auge contemporáneo.
Tuna Pétrea estará expuesta en las salas 1 y 2 de la Galería Libertad del Estado de Querétaro hasta el 4 de enero de 2026. Entrada libre
