La Cooperativa Pascual, creadora de los emblemáticos jugos Boing, atraviesa una crisis que amenaza su permanencia después de más de 80 años de historia. El aumento al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a las bebidas azucaradas, aprobado por Morena, PT y PVEM, podría poner en riesgo más de 4,500 empleos y llevar a la empresa al borde del cierre.

La senadora Carolina Viggiano advirtió que el nuevo gravamen —que subirá de 1.64 a 3.08 pesos por litro a partir de 2026— podría ser “el golpe final” para una cooperativa que nació de una huelga obrera y se convirtió en símbolo del esfuerzo colectivo mexicano.
Boing, que aún utiliza azúcar de caña y fruta natural, apenas conserva el 2% del mercado, frente a las grandes refresqueras que emplean edulcorantes más baratos. Con el IEPS de 2014 ya habían perdido casi la mitad de sus ventas, y temen que esta vez la historia se repita.
Desde el Congreso, la cooperativa pide apoyo al Gobierno Federal para sobrevivir a este nuevo escenario fiscal que —aseguran— castiga más a los productores nacionales que a las grandes corporaciones internacionales
